miércoles, 26 de marzo de 2014

Imagino tu cuna, hijo, y es otoño.


Imagino tu cuna, hijo, y es otoño. 
Se le había llenado de pájaros el ruedo del vestido de tanto esperar el cariño de su niño amado,..
Fue de repente. Las flores de su vestido fueron cayendo una a una. Como si escaparan. Sin poder emitir sonido,..
Si las palabras siempre para ella fueron un grito. De Una agonía.
Ella Nada vivió que no haya llorado. Y Hay que tener ese mínimo de fe, necesario, para cuidar las rosas que le siguen quedando,… Escribió desde la cornisa de las palabras. Imagino tu cuna, hijo, y es otoño.
Esa mujer, ¨¨tú madre¨¨ tenía algo de ocaso,...
por tanta piedra, en su camino transitado,..
Para estar triste hay que ser muy valiente. Alegre lo está cualquiera.

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