Tu amor me llega como una avalancha De besos,
suspiros, deseos y miradas Compartiendo el aire de la tarde Y la brisa
fría de cada madrugada. Tu cariño me llega a destiempo Como el sol
sobre la leña quemada Cuando ya fallecieron los Jacinto Y yo esperaba la luz de
la mañana. Tus sueños me llegan a deshora Envueltos en muchas esperanzas Mi
boca se esconde en un arca Que zarpó hace mucho, a aguas mas calladas...
Tus brazos cual bandidos aparecen Robándome el silencio, el corazón y el
alma Y me enrollan en olas desbocadas Que alteran mi vida y me desarman.
Es tarde…ya se aburren tus brazos por la espera. Se
escaparon siguiendo otras mareas Y cayeron al mar, tristes e infecundos
Como los encuentros amorosos del hombre y la sirena. EL FINAL ¡Calla ¡.ya
lo leí en tu cara. Aparecieron las molestias y Se desataron mis lágrimas,
Callaron los arroyos y se escuchan los sollozos, Qué escapan con angustia por
los barrotes de la ventana Cual cataratas contenidas, por compuertas de
cizaña Nada digas, nada expliques, nada agregues Para palabras, ya es tarde. Ya
dijimos todo lo que queríamos y pensábamos. Se apagaron las voces, se acabaron
las miradas. Se ahogaron los besos, se diluyeron mis risas. Sé transformaron
los sueños en caricias despreciadas…Nada digas nada, que tu voz me
rompe el alma Tus manos me producen llamaradas Tu boca que era mía ya está
lejos Te recuerdo como historia ya pasada Como tren que se lleva mis
recuerdos Como la última página de un libro deshojado. Nada digas, ¡por favor
no digas nada!
SOFÍA
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