lunes, 17 de febrero de 2020

 Algún día llegaran a entender los motivos de las horas que hieren,.
De los momentos opacos disfrazados de sonrisas reales,…. que son irreales,... de los silencios gritados por el desgarro de la soledad que habita dentro,
esa que vacía las noches que se eternizan en los ojos del llanto,... algún día seré duende sereno que suspira en la dulce agonía,… descreída de suerte,... que sonríe despacio arrancándose el alma,... y sortea el destino destinándole burlas,.... derrotada de todos,… victoriosa de ella misma,…. humillada sin culpas por la vergüenza constante de la indiferencia,… por ser diferente,… por saber que el miedo no existe en no ser,... solo existe en estar,... algún día el adiós no será la tristeza,... será el estruendo macabro del final de esos otros que no tienen principios,... y en la tierra yerma de la cobardía sembraré mi valor,... dejando lo encontrado en hipócritas vidas,... sustentadas de nada,… buscando lo perdido en la paz de la muerte,... sin reproches callados,… seré el polvo del viento que respiran los cuerdos,... seré el tenue recuerdo de la demente marchita,... que nació de la muerte,.. Qué murió de la vida,... que buscó hasta romperse el cariño sentido,…. y en su propia locura se extinguió por querer,… o por no ser querida,….
Los ojos de mi madre, miran el preludio y su fuga.
Todo Incluído el futuro, no es más que un recuerdo.
La tarde a esta hora atardece más triste. Cuando una canción es casi toda una vida
Sofia
17 de Febrero 2020

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