Percepción
del miedo
Sí. En
el eco de mis muertes aún
hay miedo Percibo el miedo en mi columna,
La
furia de su ardor me astilla, ciento que estruja mi saliva y
mi voz apaga,
Tiemblo
como un impreciso perro, enmudezco como un pájaro herido,
Huyo
rauda de mí avergonzada, me refugio en mi propio enredo,
Me
siento nada, soy perpetua vacía, hay una vacancia de amor en mi
camino,
Una
desolación de ojos y latidos, una ausencia de besos y de labios.
Miedo
que me asalta en la madrugada, reverbera obstinada al medio día,
Retorna
con cuchillos a la hora de la almohada, denigra la luna, clava en mi corazón
aullidos, palpa,
pulsa la degeneración del ánimo,
Percibo
que me quiebro en el espejo, me pierdo en el agua y en el agua
vuelvo,
Como
un pez que se niega y se repite, porque la vida es negación y es
frecuencia,
Pero
el miedo arde con la soledad multiplicada, arde desde mis huesos, yo floto en
plumas, huyo
en un anhelante colibrí y me sacudo. Para que el miedo no distorsione mi
camino. Ni estruje mi voz con avidez de río.
Sofia
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